martes, 4 de septiembre de 2012

Es Un Pequeño Paso para Un Hombre, Pero Un Gran Salto para la Humanidad: Neil Armstrong


Neil Armstrong, fue el hombre que dijo aquella histórica frase de “es un pequeño paso para un hombre, pero un gran salto para la humanidad” el 20 de julio de 1969, cuando pisó la Luna, convirtiéndose en el primer ser humano que lo hacía, falleció a los 82 años de edad.

A principios de este mes fue sometido a una operación de corazón en la que se le realizó un  “bypass” y de la que se estaba recuperando. Las complicaciones surgidas tras la intervención terminaron con su vida.

Armstrong nació el 5 de agosto de 1930 en Wapakoneta (Ohio), y mostró desde muy joven su atracción por la aeronáutica. Inició sus estudios de ingeniería, pero en 1949 ingresó en la Marina de Estados Unidos, y permaneció en ella hasta 1952. Terminó sus estudios y fue piloto de pruebas en la prestigiosa Base Edwards (en California). En 1962 entró en la NASA como astronauta.

Armstrong, Aldrin y Collins partieron para su misión lunar en la nave Apolo 11, el 16 de julio de 1969, ya como héroes, al menos en EE UU, y regresaron el 24 de julio como superhéroes planetarios, sobre todo Armstrong, el primer hombre que llego a la superficie del satélite natural de la Tierra.

Habían cumplido el mandato de 1961, cuando el presidente Kennedy, en plena guerra fría y en plena carrera espacial con la Unión Soviética, lanzó el desafío estadounidense de llevar a un ser humano a la Luna y traerlo sano y salvo antes de terminar la década. Pero política aparte, Armstrong fue el protagonista indiscutible de un viejo sueño de la humanidad cumplido y la cabeza visible de una epopeya tecnológica y científica que no se ha repetido en el espacio: el programa Apolo.

Aún cuando el gobierno estadounidense tomaba confianza con sus éxitos espaciales, Armstrong no regresó al espacio, él continuó en la NASA hasta 1971 para dedicarse a dar clases de ingeniería.

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