Después de asegurar que el triunfo de Miguel Riquelme ya es una certeza legal, el líder nacional del Partido Revolucionario Institucional, Enrique Ochoa Reza, afirmó que el intento de sabotaje a la elección no fue más que una rabieta de Ricardo Anaya, quien antepone su agenda personal a los intereses de Coahuila.
Al acompañar en Saltillo a Riquelme Solís, luego de que éste recibiera su constancia de mayoría como gobernador electo, exigió a los panistas Ricardo y Guillermo Anaya respetar la democracia y comportarse a la altura de la historia de esta entidad.
“El triunfo de Miguel Riquelme es ya una certeza legal. Más de tres mil 600 actas lo confirman. Más de un millón de votos lo confirman.
“El intento de sabotaje a la elección no fue más que una rabieta de Ricardo Anaya, porque antepone su agenda personal a los intereses de este estado.
“México necesita demócratas. Miguel Riquelme ganó y los Anaya lo saben. Les exigimos respeto a la democracia. Les exigimos que se comporten a la altura de la historia del gran estado de Coahuila”, puntualizó.
En el estadio de béisbol “Francisco I. Madero”, casa de los Saraperos de Saltillo y en compañía de la secretaria General del CEN, Claudia Ruiz Massieu; integrantes del Comité Ejecutivo Nacional y de la dirigente estatal del PRI, Verónica Domínguez García, Ochoa Reza sostuvo que los dos Anaya parecen ignorar que la más poderosa garantía para la limpieza de una elección es que los comicios son organizados por ciudadanos en cada casilla.
Destacó que los panistas también parecen ignorar que las sesiones de cómputo sirven para que todos verifiquen los resultados y se corrija lo que se deba de corregir.
“Los Anaya dijeron primero que tenían la totalidad de las actas en sus manos, y que el PAN había ganado por dos puntos. Ahora sabemos que los Anaya le mintieron a Coahuila.
El presidente del CEN recordó que hace un año, Ricardo Anaya celebraba el triunfo de su partido en Durango, que ganó por 25 mil 603 votos, y el PRI, con responsabilidad democrática, acató el resultado.
Puntualizó que el dirigente panista hoy se niega a reconocer su derrota en Coahuila, por una diferencia de 31 mil votos y prefiere adoptar la forma de López Obrador, diciendo que todo es un complot, comportándose como un niño berrinchudo que al ver que perdió, avienta las fichas y patea el tablero.
El PRI, dijo, asume la alta responsabilidad que el pueblo coahuilense le ha confiado con su voto. Va a gobernar para todas y para todos por igual y no les va a fallar.
Hoy necesitamos trabajar, juntos y en unidad, partido, ciudadanía y gobierno, para cumplir con las altas expectativas que tienen los coahuilenses.
Es el momento de honrar la oportunidad de cumplir con Coahuila y con México.