Científicos en Belfast, Irlanda del Norte, descubrieron un compuesto en la piel de rana que podría utilizarse para tratar decenas de enfermedades, incluido en cáncer.
Se trata de dos proteínas que regulan la forma en que crecen los vasos sanguíneos.
El hallazgo de los investigadores de la Queen's University ganó un reconocimiento en los Premios de Innovación Medical Futures, uno de los galardones más importantes en el campo de la investigación de la salud y ciencias de la vida.
Y según los científicos, el compuesto podría utilizarse en el desarrollo de tratamientos para matar tumores cancerosos.
Tal como explica el profesor Christopher Shaw, de la Escuela de Farmacia de la Queen's Univeristy, los tumores sólo pueden crecer hasta determinado tamaño y después necesitan desarrollar sus propios vasos sanguíneos para abastecerse de oxigeno y nutrientes y seguir propagándose.
"Si podemos evitar que crezcan los vasos sanguíneos se podrían reducir las probabilidades de que el tumor se propague y eventualmente podríamos matarlo", le señala el científico a la BBC.
"Esto tiene el potencial de transformar el cáncer de una enfermedad terminal a una enfermedad crónica", agrega.
Estas proteínas fueron descubiertas en la piel de una especie de rana llamada rana mono encerada.
Pero el equipo del profesor Shaw también halló otro compuesto, que produce el sapo bombina, que puede estimular el crecimiento de vasos sanguíneos y esto, dice el investigador, podría ser una herramienta útil para ayudar a pacientes a recuperarse más rápido de lesiones y operaciones.
"Esta proteína tiene el potencial de convertirse en un tratamiento para una variedad de enfermedades y trastornos que requieren la reparación urgente de las venas y arterias, como heridas, trasplantes de órganos, úlceras diabéticas y lesiones causadas por derrame cerebral u otras enfermedades cardiovasculares", indica el científico.
Hallazgo fortuito
Según el profesor Shaw, a pesar de que se han invertido unos US$5.000 millones en este campo, ni los científicos ni las farmacéuticas han logrado todavía desarrollar un fármaco que pueda atacar, controlar y regular de forma efectiva el crecimiento de los vasos sanguíneos.
"El objetivo de nuestra investigación en Queen's University es aprovechar el potencial del mundo natural, en este caso de las secreciones que se producen en la piel de las ranas y sapos, para aliviar el sufrimiento", afirma el profesor Shaw.
"Estamos absolutamente convencidos de que la naturaleza tiene las soluciones para muchos de nuestros problemas, sólo necesitamos plantear las preguntas correctas para encontrarlas".
"Sería una lástima contar con un producto de la naturaleza que potencialmente es un fármaco milagroso para tratar el cáncer y no esforzarnos por hacer todo lo posible para que funcione", agrega.
Los Premios de Innovación Medical Futures, que se entregan cada año en el Reino Unido, son coordinados por varias instituciones médicas y científicas de todo el mundo y apoyan, con inversión financiera, las ideas para convertirlas en proposiciones clínicas viables.
Uno de los jueces este año, el profesor Brian Walker, especialista en endocrinología y director del Centro de Ciencia Cardiovascular de la Universidad de Edimburgo, comentó en la entrega del premio que deseaba alentar al profesor Shaw y su equipo a llevar su trabajo "al siguiente nivel".
"Muchos de los grandes descubrimientos han sido fortuitos y la idea del profesor Shaw es realmente muy innovadora y estimulante en un campo donde la demanda no está satisfecha", afirmó el experto.
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