
La mayoría de los padres de familia de la comunidad religiosa
se mantuvieron firmes y no enviaron a sus hijos a clases.
El vocero del llamado grupo liberal, Emiliano Juárez, afirmó
que aceptar clases fuera de la Nueva Jerusalén es darle la razón a los radicales
que rechazan la educación laica.
Además, rechazo que la negativa de enviar a sus hijos a tomar
clases a La Injertada constituya un “capricho” como lo ha denominado el gobierno
del estado.
La escuela provisional instalada por el gobierno del estado
consta de manera inicial de cuatro aulas equipadas, material didáctico y seis
profesores y un director.
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